En octubre del 2001, publiqué un informe sobre
la hidrología de avenidas del Arroyo Binacional
Cottonwood-Alamar, ubicado en el Condado de San Diego, California, EE.UU.,
y Tijuana, Baja California, México.
En el curso del trabajo de campo, pasamos una gran cantidad de tiempo inspeccionando
la cuenca a ambos lados de la frontera, al Este del condado de San Diego, y en Baja California, específicamente en Tijuana y Tecate.
Un buen día, mi asistente y yo decidimos darnos un muy merecido descanso y comernos unos tacos.
Llegamos a la Taquería La Única, en uno de los suburbios de Tijuana, pero no pudimos encontrar
un lugar para estacionar en la taquería. Después de algunos minutos, pude encontrar un lugar
vecino cerca a un puesto de helados.
Después de comer, nos dirigimos a nuestro vehículo.
Para mi sopresa, el joven del puesto de helados me hizo una seña.
Pensé instintivamente que me iba a decir que no estacionara más en ese lugar o, por lo menos, que cobrara
un cupo por el estacionamiento.
En vez de eso, para mi agradable sorpresa, el joven dijo: "¡Señor, Ud. puede estacionar aquí cuando quiera!"
Una vez más confirme la calurosa hospitalidad de nuestros vecinos del Sur.
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